29/1/11

Construcción del sistema patriarcal

El sistema Patriarcal por Karina Rodríguez Moreno (Colectiva Degeneradas)

La masculinidad racional[1] – producto de la ilustración – surge para legitimar mediante la razón la organización de la vida pública y privada (a imagen del varón), definiendo mediante la racionalidad lo mejor para ellos y para los otros (mujeres y niños), de este modo establecen los criterios con los cuales los demás deben actuar y hablar -se constituye el sistema patriarcal- y como Kant alguna vez lo reafirmo argumentando que “la mujer podía escapar a su naturaleza y buscar la guía de la razón mediante la relación con un varón” (Kant en Seidler, 2000:26), en ese sentido los varones aprendieron a confiar en su propio razonamiento como “el único”, “el verdadero”, aprendieron que la mujer esta relacionada con la naturaleza, aprendieron que la razón simplemente es suya.
            Bajo esta ideología “racional” se sentaron las bases y parámetros sociales y culturales que configuran a los varones como entes superiores – sistema patriarcal – excluyendo a lo de carácter “natural e inferior” como las mujeres, las etnias, los niños y las minorías sexuales. De igual modo Durkheim decía que “el individuo debe someterse a la sociedad, esta sumisión se convertirá en su liberación […] la mujer esta mas cerca de su naturaleza, entonces depende de ella someterse a la autoridad del hombre como condición de su propia liberación” (Durkheim en Seidler, 2000: p. 32 - 33); Luego entonces el sistema patriarcal se convierte en la ideología dominante impregnada de valores masculinos, mismos que encasillan a las mujeres como objetos volviendo a los varones como sujetos de acción y de poder, con ello las características atribuidas a cada sexo se refuerzan y los varones adquieren rasgos que les permite adquirir privilegios dentro de la sociedad, rasgos que a su vez niegan la existencia de otro tipo de conocimientos como los sentimientos y las emociones[2], ya que están relacionados con la naturaleza, las mujeres y la debilidad.
            “El sexo biológico es destino para los hombres que además de homogeneizarlos los vuelve cómplices de un régimen que, nos dicen las feministas excluye y daña a las mujeres” (Núñez, 2004: 49). Se establecen pues los significados de “ser hombre” subyugados a las características de la identidad esperada, de esta forma las técnicas de poder operantes en el campo sexual y de género actúan como negación de la capacidad epistémica y de conocimientos sobre “los hombres” y la “hombría”, esta negación esta fundamentada en la desacreditación de su propia condición de “hombres” bajo un discurso androcentrista y homofóbico[3].
            La sexualidad masculina se vuelve entonces la verdad del mundo, “los varones de verdad” se ven en la necesidad de demostrar constantemente su virilidad imponiéndose no solo ante las mujeres sino que también tiene que imponerse ante los mismos varones, esto con el fin de demostrar poder y autoridad, sin importar los riesgos que esto conlleve, riesgos que violentan mediante acciones y hechos a las mujeres, a las niñas, a los niños y a los propios varones.
            El sistema patriarcal es un sistema violento “hecho por lo varones y para los varones”, un sistema que nos perjudica a todos los humanos, un sistema que es fundamental para el feminismo, ya que “define a la organización política, ideológica y jurídica de la sociedad cuyo paradigma es el hombre (los hombres, cada hombre), que se basa en el sexismo (la opresión o los privilegios según el sexo de las personas) y se expresa cotidianamente en el machismo, la misoginia y la homofobia”[4] .
La denuncia de la opresión genérica (mujeres subordinadas) es el eje transversal de la lucha feminista, lucha que a su vez es “filosófica, científica y ética”[5], los logros del feminismo han trastocado los ámbitos políticos abriendo puertas para seguir transformando. La lucha feminista tiene como meta construir la equidad en las relaciones entre mujeres y varones, es decir, el feminismo es una conciencia política que no esta enfocada solamente a mujeres sino que, para lograr sus principales objetivos incluye al varón en sus propuestas de cambio.


[1] A través de la historia siempre se ha justificado la superioridad del varón sobre la mujer, desde la antigua Grecia se hablaba de que el intelecto y la razón eran propios del género masculino y con la llegada de la Ilustración esta ideología quedo formalmente institucionalizada.
[2] Ver Núñez Noriega Guillermo (2004), “La producción de conocimiento sobre los hombres como sujetos genéricos: reflexiones epistemológicas”, en Desacatos Revista de Antropología Social, No. 15, México.
[3] Parafraseando a Guillermo Núñez ver pp: 52.
[4] Ver Articulo de Daniel Cazés en  http://www.hombresigualdad.com/ponencias.htm


Bibliografía:


Núñez Noriega Guillermo (2004), “La producción de conocimiento sobre los hombres como sujetos genéricos: reflexiones epistemológicas”, en Desacatos Revista de Antropología Social, No. 15, México 2004.


Seidler. J. Víctor, (2000) “La sin razón masculina”, Editorial Paidós, Barcelona (2000)






Sobre el Sistema sexo género

Qué es el sistema sexo género  por: Karina Rodríguez Moreno (Colectiva Degeneradas)


El sistema sexo – género es un sistema binario que separa a mujeres y a varones, donde “la mujer aparece como lo negativo[…] y se determina y diferencia en relación al hombre, y no éste en relación a ella; ésta es lo inesencial frente a lo esencial. El es sujeto, él es lo absoluto: ella es el Otro.”(Beauvoir, 1989, 14), en ese sentido la mujer es considerada como la otredad de carácter natural e inferior que tiene que ser sometida a la protección y a la razón características que solo puede brindar la “esencia masculina”. Bajo estas condiciones de superioridad e inferioridad se establece la división sexual del trabajo como natural, es decir que de acuerdo a las características “propias” de cada sexo se determina la labor a la que socialmente estamos "destinados", las mujeres a lo privado a los quehaceres domésticos y los varones a lo público.

            Lo cierto es que “los dos sexos no han compartido nunca el mundo por partes iguales, y todavía hoy aunque su condición está evolucionando, la mujer padece de muchas desventajas”(Beauvoir, 1989,19), desventajas que se ven reflejadas en distintos ámbitos, a nivel laboral, jurídico, social, económico, político y cultural, es decir que, aun sigue habiendo desigualdades que siguen violentando a los seres humanos, aun sigue permeando el ideal de superioridad masculina sobre la femenina, sigue existiendo una ideología patriarcal en las instituciones, sigue habiendo abusos por parte de un género o de otro.


El sistema sexo – género propone que la conformación de las identidades femeninas y masculinas no son puramente biológicas, sino que se han construido históricamente a lo largo de procesos socio-culturales, en los que la oposición y la lucha de poder permanecen como variables constantes e “inamovibles”, en ese sentido se establecen posiciones de superioridad que bien son asumidas por el varón como propias generando con ello un sistema patriarcal que lo dota de poder para someter y subordinar a la mujer.

            Para Scott (1999: 61) el género tiene dos partes y varias subpartes que se encuentran interrelacionadas, el género es un elemento constitutivo de las relaciones sociales basadas en las diferencias que distinguen los sexos; el género es una forma primaria de relaciones de poder. El género comprende cuatro elementos interrelacionados:
  • Símbolos culturalmente disponibles que evocan distintas representaciones mayormente contradictorias entre sí.
  • Conceptos normativos que coercionan a dichos símbolos.
  • Análisis incluyente que unifique al género con los ámbitos políticos, institucionales, económicos, sociales y culturales.
  • Identidad subjetiva y aculturación genérica.
Por otro lado West y Zimmerman (1999: 114) nos dicen que el género es un status adquirido, construido no solo cultural y socialmente sino que también se construye psicológicamente, ya que dicho concepto se reduce a un conjunto permanente de características psicológicas y a una variable unitaria como el cuerpo y se excluye como es utilizado para estructurar distintas esferas de la experiencia social “hacer género proporciona el andamiaje interactivo de la estructura social, junto con un mecanismo interno de control social” (West y Zimmerman, 1999: 142).

Lamas(1996) nos dice que el género muestra mejor que ningún otro ejemplo la violencia simbólica que esta más allá de los controles de la conciencia y la voluntad, estos actos son encontrados en los habitus esquemas que a su vez son de género y engendran género, con ello se impone el género a varones y a mujeres y la dominación de un sexo sobre otro, institucionalizándose mediante el matrimonio y la familia, excluyendo así diferentes preferencias sexuales y diferentes formas de articulación de la familia es decir la homosexual y uniparental, se institucionaliza la heterosexualidad obligatoria y con ello la castración en ambos sexos, mientras el varón es mutilado respecto a sus emociones, su subjetividad y preferencias, la mujer es mutilada sexualmente, socialmente y culturalmente sometiéndola a la autoridad del varón.

Bibliografía:

De Beauvoir Simone, (1989), “El segundo sexo, 1 Los hechos y los mitos”, Alianza editorial, Siglo XXI. México.

Butler Judith (1996), Variaciones sobre sexo y género: Beauvoir, Witting y Foucault, en Lamas Marta (Comp) El género: La construcción cultural de la diferencia sexual, México. PUEG-UNAM, pp 13-56


West, Zimmerman, Rich y Scott (1999), en Navarro Marysa y Catharine R. Stimpson: “Sexualidad, género y roles sexuales, Fondo de Cultura Económica, México.